El Príncipe y el Gorila (parte I)
Érase una vez en un país no muy lejano, había un castillo que la realeza usaba para pasar sus veranos cerca del mar, el cual, tenía un bosque al lado. En este habitaban muchos animales, entre ellos una manada de gorilas que también pasaba la época estival allí.
Un día, el joven príncipe salió a dar una vuelta por el bosque, pero acabó perdido... estuvo bastante tiempo dando vueltas hasta que, al cabo de un rato escuchó un sonido que parecía un lamento; se acercó con cautela y descubrió un gorila joven, atrapado en un cepo para zorros. Parecía que se había separado de su manada. El príncipe ayudó al gorila a salir de la trampa. Una vez hubo liberado al animal, comprobó que la herida no era grave. Como buenamente pudo le indicó al gorila que se encontraba perdido. El animal le hizo gestos para que el príncipe le siguiera. Al cabo de un rato llegaron al lugar donde se encontraba la manada de los gorilas. Varios de ellos adultos acompañaron a ambos hasta los lindes del bosque, donde se podía divisar el castillo.
Tras varios días el príncipe volvió al bosque para poder encontrarse con el gorila, en el mismo sito en el que lo habían hecho la primera vez, pero este encuentro fue mucho más agradable, pasaron toda la tarde jugando. A partir de entonces fueron amigos inseparables.
Los años fueron pasando, y todos los veranos el príncipe y el gorila se encontraban en aquel lugar. El gorila empezaba a tener responsabilidades en la manada, a su vez el príncipe las tenía en asuntos de palacio, pero siempre encontraban tiempo para pasarlo juntos.
El príncipe comprendía perfectamente a los gorilas y el gorila por su parte, aprendió a hablar el leguaje de los humanos; y no solo eso, si no que resultó ser un ser sabio y útil consejero del príncipe, tanto, que llegó a pasar temporadas en palacio con él. Al principio esto sorprendió mucho a los cortesanos, pero poco a poco se fueron acostumbrando al gorila que hablaba como cualquier hombre.
Una noche, mientras el gorila cuidaba de la manada se le apareció el espíritu del bosque en forma de fuego fatuo.
Al verlo, lo reconoció inmediatamente pues todos los animales saben que este ser aparece pocas veces, y siempre para hablar con gran sabiduría, así que el gorila se puso a escuchar lo que decía mucha atención, y dijo el espíritu:
- Cuando llegue el momento habrás de darle tres grandes consejos a tu amigo humano, y por el bien de todos, será mejor que te escuche.
Con estas palabras el espíritu desapareció dejando al gorila pensativo en medio de la noche mirando en dirección al castillo.
Como era costumbre entre la nobleza, el príncipe debía desposarse para acceder al trono y asumir finalmente el papel de rey, así que, viendo que su padre no estaba en condiciones de seguir reinando, decidió organizar un banquete para escoger esposa entre las meretrices. Hubo una gran ceremonia en la que muchas bellas damas se presentaron como candidatas a ser la esposa del futuro rey, pero ninguna llamó su atención, salvo la última en llegar, una mujer tan bella como las que cuentan los cuentos, radiante como una luna llena en una noche clara de verano, y además tenía cierto magnetismo irresistible, así que, tras verla, el príncipe la escogió.
El gorila, que había presenciado parte de la ceremonia, se acercó a ver a la elegida, que se separó del animal con un gesto de repugnancia. El gorila se sintió alarmado, pues había aprendido a leer en el corazón de los humanos y no le gustaba lo que veía en esa chica, así que le dijo al príncipe:
-He aquí mi primer gran consejo príncipe: no te desposes con esta mujer pues en su interior es cruel y ruin.
Durante un instante el príncipe dudó, pero se sentía fascinado por el misterioso atractivo de la joven mujer, así que ignoró el consejo de su amigo, y días después en una gran celebración, se desposó con la elegida y ambos se erigieron como reyes del castillo.
El gorila, muy preocupado, no acudió a la ceremonia y volvió a su hogar para buscar consejo del espíritu del bosque. Varias noches pasó despierto esperando la aparición del ser, pero éste no apareció y finalmente el gorila desistió.
Etiquetas: cuentos
4 Comentarios:
A la/s 10:28 p.m., Edu dijo...
El texto original es mío, la corrección de la redacción a cargo de Nuria, las imágenes fueron seleccionadas por mí. En breve la segunda parte (y probablemente final)
A la/s 2:05 a.m., danips dijo...
está interesante...
un inciso personal:
"radiante como una luna llena en una noche clara de verano"
la luna brilla más en invierno xD
A la/s 10:22 a.m., Edu dijo...
Claro, sobre todo con el "claro y despejado" cielo de invierno :P
A la/s 11:56 p.m., Anónimo dijo...
No conocía yo esta "otra mas" de yus habilidades....
No cambiaría nada, es tu arte y el arte es individual, autodidacta.
Espero ansiosa los otros dos consejos....la segunda parte
Muak
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